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AUTOSCOPIA

Torokuna

Torokuna Desde el palco veo el novillo babeándo y enterrándo el hocico en la arena
y quedarse como un esqueleto raspado por el estío
Su lomo es una diadema roja brillando opaco como alma arrancada por un
ligero incendio
Y tú quietita bronquita parsimoniosamente llevando tus manos al pecho
en señal de extrañas fuerzas de una ley que es la ley la ley del que cae del
que se arrima del que se inclina del que se asume del que se consume en
money money se aruina o arruga ante el poder de la sangre que sale como
barriles de petróleo sobre la arena porque sabes que esto no es un tinku
chaplinesco ni réclames que pasan por tu nuca silbando como trece balas en
tu espejo ni es la constitución de tu cuerpo apoyándose sobre tus brazos
Mi corazón es el corazón del novillo brutalmente puro como una ilusión
de pastar sobre mojado
Un taparako zumba sobre el espeso aire del rodeo
Al fondo se oía una canción de R.E.M. y algo se movía en ti como si te
cayese un millón de vidrios y tu escudo cediera como tus piernas que se
abren en el momento de un violanción instantánea en un DVD
Pero eso no sucedió lo viste en amores perros o en otros sucesos de la CNN
Un Buda pide paz desde una gruta
El novillo no tenía nombre ni marca solo una espada atravesada
como la tengo yo con un pastiche para un diario que no quiero escribir
confuso entre el hambre y mis bajos instintos despierto como una estatua
Posiblemente ambos nos parecemos derribados en una pista que no
conocemos ni la mano diestra que nos rebana el pellejo embestimos
lo imposible lamentando que la tarde no sea propicia para comer un kilo
de amor puro y divino con mollejitas frente al malecón con farolas
sólo ves la presencia de la muerte en los ojos del novillo
sucumbiendo ante tu indiferencia tu toalla y tu menstruación
tomando fotos como una paparazzi sin empleo
Desde el palco con tu woodman y el chicle en la boca el sol filtra tus cabellos
y escuchas Perdiendo mi religión y la sangre es un estallido en mis pulmones
que no sientes porque llevas puestos un lente de sol y crees que es una
película de Tyrone Power o Cantinflas y no un novillo emparrado por el calor
Y yo un matador un realista sucio que no quiere ir a la mar para saber sobre
tu vida teniendo en cuenta que podrías haber nacido entre los 80s ó los 90s
del siglo pasado y llamarte anita reencarnada en otra anita de 1895 cuando
asombrada y estupefacta se te venía encima una locomotora
que frenéticamente aullaba en el cine de los Lumiére como ahora se
entumece la tarde como un próscrito indeseable sobre un foso
bombardeado donde un novillo cae como un
estruendo de Caxias amb paquet
Muerto muerto como ya estaba dicho en un periódico chicha
visto por esos jodidos pitonisos ambulando su suerte como si fuera el mío
como el de Víctor Jara
tras centenares de muertos en el estadio
tras su sombra sobre la grama verde
sobre un país inútil y viejo como su verdugo
El novillo está picado por el mar
picado por el hombre
aquel que te mira desde las gradas
a los que nunca conociste
como tampoco al verdugo que nos apunta con su sable
Estoy ardiendo clavado en este asiento
Miro con mi binocular tu boca de hierro
tu mortal chaqueta esculpida entre tu pecho y tu cuello elevadísimo
que no deja desbordar tus pasiones mas bien cuando te sacas el polo
apretado que te sofoca y te vuelves Diarreicamente bella como una
tostada con mermelada por el cual he dejado mi alma atrás mi familia y
llevo adelante el desierto piedras sobre piedras con una enfermedad a los
pies me troco con el bruto de abajo con estas astas delirantes y osar
tener amar aborrecerse difinitivamente por estar dando vueltas y vueltas
con un pestífero que me sigue con su lanza y un caballo taimado que no
me mira
Y tú me pides helados y globalización
a estas horas con 45 grados de alcohol y calor posiblemente me estoy
despintando cuarteando metabólicamente ausentándome
Missing missing missing que me pongo como un cartelito en un
parlamento cualquiera gritando neurástenico inarmonioso
Te escribo esta carta para reconstruirme aeróbicamente tierrafirmista
y prolongarme tan sólido como un pedo que infla tu falda
y hiemal tu cálido poder me asfixia
Aquí en el Torokuna comenzó a llover y tú te cubres con una capucha
como si estuvieras en el vientre de tu madre donde también llueve
sorda y paupérimamente llueve duramente maduramente entre sí

Llueve y los reflectores apuntan al bulto que lo arrastran hasta el socavón
como un pobre viejo cansado de andar por la vereda
Ahora hay un hormigueo de fábrica los peones estan desarmando la
miserable bóveda del Torokuna ya no hay payasos ni trapecistas
económicos
El novillo es una hecatombe en el plato del barrio
y yo soy apenas un vigilante de esta cuadra lleno de ladrones a quienes
les toco el silbato y corren a un doloroso descampado donde me pierdo
buscándote dándome de varazos a ciegas tropezándome con sulfurosos y
maquillados cabros mientras estoy desgastándome hilo por hilo tira por
tira los talones los olvidos mis gemidos entre tu vuelco corazón
entrinchado
D. de Ramos

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Vir -

Ésta es la poesía que me eleva y arroja a ese lugar de donde no quisiera irme, mas he de hacerlo, soy mortal.