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AUTOSCOPIA

IDEAS SUELTAS SOBRE LITERATURA

La literatura -sobre todo la novela- es hecha en gran parte a base de bluff. La literatura bluff, es casi siempre escencialmente narrativa. El autor relata lo que a tal o cual personaje le ha sucedido o sucede. Y allí se queda: en relatos. Deseando un gran alcance pone sus relatos al servicio de una fantasía sobreexcitada o ingeniada tras lo curioso. Colocarse en este terreno es levantar una compuerta hacia la vaguedad infinita; una fiebre por aumentar el alcance. En este terreno, se abren dos perspectivas tentadoras: aumentar lo sucedido a los personajes, aumentar las aventuras, más y más, siempre más. La vida de estos personajes es excesivamente interesante y como todos tenemos algo de monos al leer, empezamos a remedar esas aventuras y agradecemos al autor por su halago. También es cierto que se siente una pequeña envidia por el insaciable señor de Phocas, por el interesantísimo Dorian Gray, por los extraños seres de que Rachilde nos habla. Pero como, al fin y a la postre, no han existido, la envidia pasa y se vive un poquitín como ellos o se hacen libros extremadamente curiosos lanzando a un personaje a cosas despampanantes.

La otra perspectiva es para los autores más serios, cuyas obras llevan encargo de trascender. Es tocar directa y valientemente a las ideas generales, sin ubicar en el espacio, sin amarrarlas a ningún corazón humano. Se llega así a una universalidad abstracta, de laboratorio, esa universalidad que conoce todo burgués que guste dedicar algunos momentos al cultivo del espíritu. Es gris, incolora y hace filigranas sobre símbolos baratos.

Parte de nuestra literatura tiende a escurrirse por este sendero; otra parte explota, tal vez con demasiado apresuramiento, el caso es curioso. Es bien poca la que se apoya en la tierra, la que se nutre con materiales vivos.

En Edgar Poe se ama, muy a menudo, las cosas extrañas que a sus personajes les suceden. Creo que, más a esas cosas, debiera amarse la fatalidad inexorable que las hace suceder, fatalidad hija siempre de un sentimiento interno, nunca de una fantasía en busca de algo fuera de lo corriente. Edgar Poe crea así una atmósfera, que no necesita explicar para que uno se convenza que existe o ha existido sino que hace respirar por el puro juego de valores escencialmente literarios, por la relación misma entre frases y entre hechos. Crea así una existencia, un mundo real, paralelo al nuestro, pero tan real como el nuestro, puesto que la rigen iguales leyes: siempre el ser interno, nunca la fantasía suelta.

Igual cosa ha hecho Dostoiewsky. Igual cosa, Marcel Proust.

Toda buena novela huele un color local, se localiza en el mundo; como todo ser viviente se localiza en alguna raza, especie, familia. Huele así, porque el autor verdadero ha extraído sus materiales de la observación directa. Los otros, inflan armazones generales sin lograr vivificarlas.

En la literatura bluff, el autor pide del lector demasiado trabajo, demasiadas sugerencias, pues le exige, para entrar en sus personajes, recordar 'personalmente' casos más o menos semejantes en la vida propia y luego relacionarlos con la vida de aquéllos. La literatura verdadera evita este trabajo superfluo; alrededor nuestro hace un mundo en el que cuanto sucede no habría podido dejar de suceder. Y esta fatalidad o lógica, este rigor y concentración, es lo que da la sensación de total realidad, aunque nada ni siquiera parecido pudiésemos hallar en nuestros recuerdos o conocimientos.

Jean Emar, Notas de Arte, La Nación, miércoles 25 de junio de 1924.

Aquí pueden leer las letras de lo que he hecho como Cantautor.

2 comentarios

Anónimo -

si, pero aunque pasado de tiempo son estos comentarios los que proponen debates y comentarios com el tuyo, creo sin embargo que hablar de aspectos de las novelas agranda y profundiza el conocimiento de las mismas

Vir -

Hay caminos para crear, diversos, confluyen se separan, se tornan transversos, se separan.
Cuando este autor escribe, emergía el surrealismo prosiguiendo a Dadá... , años más tarde aparecería 'Ulises' de Joyce. La escritura de Virginia Woolf, Silvia Plath en poesía... Largo de ahondar este comentario. Lo que creo es que ahora 'lo verdadero' en literatura se transforma y se recrea. Lo que quedará ya se verá con el paso del tiempo.Mas cada vez se pierde el temor a la experimentación y al juego.
Lo que no implica hacer literatura facilista (también ahondarr en eso sería largo).

-Cuando he intentado entrar aquí me era imposible, la página no salía y por fin, ahora entro y seguiré leyendo lo escrito... Hallo a este blog, convocador.
Salutes.