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AUTOSCOPIA

ESTE NO ES MI CUERPO

ESTE NO ES MI CUERPO


Este no es mi cuerpo

1.- Esta no es mi lengua:
roja, húmeda y hambrienta,
es una sierpe venenosa,
que ya ha mordido
que descansa, indefensa.

Y esta no es mi boca,
es una jaula de aves
como sonrisas enclaustradas,
un hoyo profundo, nada iluminado,
una cueva
-quién sabe adónde conduzca tanta oscuridad
de fondo-
túnel sin eco,
y agua sola que discurre,
como un largo discurso que se murmura.


2- Esta boca no es mía,
en algún momento –pienso- fue enteramente
tuya,
pero no es mía, me es ajena,

es una boca que no ríe, que no besa,
no puede ser mi boca.
Es –tengo la certeza-
una dicotiledónea,
y hace tanto frío en las madrugadas,
¿qué será de esta mi pobre labia?
que no dice, que no puede,
ésta boca es mía
ésta boca que te besa.

Este no es mi cuerpo

3.- Este no es mi cuerpo,
es un animal recostado
sin ningún tipo de amaestramiento,
entonces, qué sufrimiento
esta realidad que no es mi costumbre,
este mi huir de ti, como si no te viera,
y por dentro
tantas ganas de tenerte entre mis brazos,
en algún lugar lejos
de estas dos extremidades
que no son mis brazos.


4.- Este no es mi cuerpo,
es un puerto en un mar olvidado,
este vientre, este pecho,
esta masa acuosa que retumba y te resbala
no puede ser mi cuerpo,
que es mas bien un alto cerro,
una puna lejana, callada
y solitaria,
un lugar donde sopla el viento
es mi cuerpo,
en esta misa de cuerpo ausente.

Este mi hombro y mi regazo
falto de ti es un desierto,
y un desierto no puede ser un cuerpo,
un desierto es –generalmente-
el espacio suficiente para dos cuerpos.

Este no es mi cuerpo

5.- Esta no es mi mano,
es un poco de barro,
horror de mí mismo, dolor,
y sobre todo vergüenza,
esta no es mi mano es un residuo
de mi tristeza.
Mi puño es sobre todo la debilidad
de mi cólera,
es colección de cicatrices, huellas,
como la rotura de un suelo por la sequía.

Es mi falta de costumbre también
de pasar oculto o por alto tanta pena,
y es por golpear ciegamente cada muro,
cada pared
de color ofensivo o poco adecuado,
es, debo confesarlo, la falta de un lenguaje
de señas y de caricias.

Este no es mi tacto,
es saber decir palabras inexactas,
mi ser espacial de no saber llorar
y en cambio
tener siempre una tormenta de rayos
en los tendones,
un temblor como el deslizarse de una ladera,
caer y llevarse todo en el encuentro
de estas dos peñas que no son mis manos.

Este no es mi cuerpo

6.- No son mis brazos
ni mis antebrazos remos adecuados
para este mar tan agitado,
ni para la desembocadura de tanto río
caudaloso de esta sierra.
Apenas
son instrumentos rústicos que buscan
arar una tierra fértil
húmeda y con el olor de tu cuerpo de mujer
después de la lluvia.

Ya una vez hubo la ocasión de que dispongas
las veces que dejaste que te encuentre
una mañana entre mis brazos,
tanto campo quepa en mis brazos.


7.- Este no es mi pecho, es un fuelle,
no te apoyes,
resopla, atiza.

No es este mi pulso,
sino mi temblor y mi enfado,
mi cólera, mi renegar de tantas partes,
mi ser desnudo y bochorno
por tanto desperfecto tras mis sombras
y mi contorno.

Esto no es mi cuerpo
es un juguete desgastado entre tus manos,
un espacio inerte,
algo que ocupa más campo que el disponible,
algo que se confunde entre tus manos
con nada, con aire.

Este no es mi cuerpo

8.- Este no es mi cuerpo,
es un reptil que reposa al sol,
un animal fuera de su nicho y vulnerable.

Y esta no es mi cabellera, es un bosque
poblado de oscuras ideas, de pensamientos
que vagan
perdidos, no son más entes amables
sino bestias violentas.


9.- Este no puede ser mi cuerpo digo,
si es apenas la tenue proyección
de un ánima perdida,
y no puede ser mi cuerpo digo,
porque es un cuerpo como una casa vacía,
una construcción desolada y vacía,
un otro lado, alguna otra parte,
y una casa vacía no es un cuerpo,
es sólo el anhelo,
las ganas de un cuerpo
como para un retrato de cuerpo entero.

Este no es mi cuerpo

10.- Este ojo
improvisado, meditabundo distante,
ojo grande que quiere y mira,
ojo de infinito parecer
color caramelo
y calor en dichos ojos
bajo el agua fría del mes de las heladas
y la luz tenue de la tarde
de colores
fríos nevados naranjas o púrpuras
según el ocaso
su estado de ánimo.

Ojo atiborrado
en tanto que otro ojo pegado
junto
casi cerrado
ojo que quiere y duerme,
en tanto que no mira no ve
no observa
ojo que quiere se cierra y sueña.
Ojo líquido inmenso sólo
ojo en MOR

Ojo aparte abreviado circunspecto
ojo de lejos
de tierra humedecida
y surcos en bajo relieve,
textura granulada ojo cerámico.

Ojo incrédulo gris duro
ojo que quiere pero no
ojo en su ternura
pero ojo de piedra.

Este no es mi cuerpo


¡Shhiiiiit! Silencio
ojo tierno sereno lizo / ojo de marfil
ojo bellísimo
pero silencio porque
ojo que duerme.

Ojo de sal
fuera de sí, fuera.

Ojo que no está
que no importa pero duele
ojo culto docto en su materia
ojo de búho, abierto dilatado
sabio pero débil, fruta
verde,
no el ojo,
ojo de siempre llamativamente siempre.

ojo azulado de cualquier otro ojo
¿están ojos mis rojos?

Ojo sfxhkzh
tuerto pero intachable correcto
ojo rey en la tierra de los sueños

Este ojo por último
con una espiral en su centro
y el brillo de ojo pensativo,
ojo que ha dejado de buscar la redención
en otro ojo,

no es mi ojo.

Este no es mi cuerpo

11.- Este es mi abismo,
el color de mi sordera;
mi cerrar que es mi oído externo,
mi ignorar que es mi oído interno,
qué difícil ubicarme
y ubicarte entonces.

Este no es mi sentido auditivo,
es mi escaparme.
Y no es como de suponer
esta la cerilla de mis oídos,
es polvo que se mezcla con la lluvia
de afuera.


12.- Esta es mi ventana
por donde entra la luz
de la mañana,
el ruido de todas las aves que se turnan,
esta es mi silla,
que son cuatro maderos juntos,
y mi mesa con mis libros
donde me apoyo.

Esta es mi cama,
el último rincón de mi alma
destendida,
la oscuridad y la noche.

El entablado del piso,
los muros de adobe,
y ésta es mi ropa, mi segunda piel,
en este cuerpo que es como un traje
nuevo.

Este no es mi cuerpo

13.- Este no es mi cuerpo porque
no sé de ti, y
no saber de ti
es pensar de las cosas tristes
del tiempo recostado
en cualquier recodo del camino,

amplia la desdicha
mudo el silencio
se reitera
qué terrible no saber de tí,

y pensar de las cosas blancas,
grises, negras

del cielo en la tarde
cuando empieza a llover y no para

y adentro
llueve un poco también,
el ánimo se resquebraja, gotea

no quiero más
no saber de tí, pensar

seco el alfabeto,
fija la mirada,
olvidar,

callar...

nada
yo sólo pasaba por aquí
y
nada.

GONZALO VALDERRAMA

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