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AUTOSCOPIA

PÁJARA

PÁJARA

Para la única mujer
Que le brindó un piropo a mis manos.

La noticia fue
Que un gallo puso una manzana
En / el corazón del mar

Los lunes fueron
Un antiguo bolero
Que sólo los ancianos parecían disfrutar
Hubo un viernes
Que se alzaba alegre y fresca como la falda de una muchacha
Pero aquel día
Se despidió para siempre verde
Tocando
Con su armónica una canción

Fuiste
Todas las flores de mayo
Y / me dejaste un beso como una navaja
Yo
Me quedé
En mis labios con un colibrí hasta parecer una vieja postal


La vida estaba
Servida como el pan
Sobre la mesa todas las mañanas
Y decidí
Inventarme una herida grande
Muy grande
Para el dolor que ya empezaba a sentir

Miré al cielo
Y el cielo era
Una carta escrita para náufragos

(Yo jugaba / con una estrella a no parpadear)

Miré la noche
Y dije:
Alguna vez escribiré
Que la noche es un alguien degollado
Que su sangre desparrama
Hasta el último rincón en la ciudad


Ahora la noche es
Una hoja en blanco
Donde
Garabatearé - toda la noche – tu nombre

Dijiste :
Me gustan tus manos
Y vi
Escapar tu voz
como pájaros enjaulados

Ensayé / muchas veces tu nombre
En el corazón de una paloma mensajera
Garabateé muchas más
Con versos inútiles el mar
Le puse un nombre a tu rostro
Y / tuvo un nombre mi dolor

Hasta entonces no conocía
La verticalidad del miedo
Ni / la belleza horizontal del silencio


Empujé la ventana
Y mi corazón se suicidó del piso 200
bajé – como si nada hubiera pasado –
Y tiré
Una A una
Las otras partes de mi cuerpo

Una mañana
Escuché / la canción del día que para siempre se perdió
Y pensé / en / recuperar mi viejo corazón
Pero ya lo tenía puesto otro muchacho

Miré la ventana
Traté de medir
La distancia que me separaba / de / tu /corazón
Y / en la radio sonó
Una joven banda de peces
Que inundaban la ciudad con una nueva canción
Entonces / decidí
Fabricarme un corazón capaz de rebotar
Y contraté
Un ángel ebrio
Una mariposa que la flor inventó
Y a un niño – el más malvado – / la costurera fue mi mamá

Ahora empujo la ventana
Con ambas manos
– todas las mañanas –
y les hago sentir
El vértigo del vacío
Y el terrible dolor de
dejar caer pájaros disecados


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