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AUTOSCOPIA

CARDUMENSEIS - Los vacíos que sustentan nuestra incertidumbre

CARDUMENSEIS - Los vacíos que sustentan nuestra incertidumbre

Ricardo Musse Carrasco.


La prosa de Tania Guerrero tiembla desde sus más profundos epicentros verbales y alegoriza la condición humana: Fundamentalmente, sus elegiacas coordenadas. Sus microficciones suscitan que el universo creado condense (albergando en espacios reducidos perplejidades argumentales) historias desprovistas de concreciones, enrarecidas, inmiscuyéndose por los recodos enunciativos esas dimensiones paralelas donde se depositan esos rastros que, de manera imperceptible, se desbordan durante el derrotero intangible de nuestros latidos.
La escritora (su proceder estilístico se orienta hacia esa ambigüedad textual) alude –en líneas generales- a sus personajes despojándolos de caracteres nominales y fenotípicos, casi bordeando la incorporeidad dentro de su existir discursivo, refiriéndose y estableciendo un tono muy impersonal en la construcción del microcosmos de las interrelaciones humanas.
A todo esto contribuye también la utilización muy vanguardista – y con una crispación semántica que devela conmovedores significados- de figuras retóricas como la metonimia y la sinécdoque dentro de la elaboración textual.
Los cuentos minimalistas de Tania Guerrero atesoran una pulcritud formal (compulsiva virtud de toda obsesión estética) y una estremecedora ironía sobre la incertidumbre y el irredento hastío de esta secular época postmoderna.

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