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AUTOSCOPIA

PERUN LLAQTANCHISCHU, MANACHU.

PERUN LLAQTANCHISCHU, MANACHU.

Nosotros vivimos en el Perú que espera año a año ver crecer bien el maiz y la papa en las chacras, sin sequias ni heladas ni plagas, el Perú que compra las verduras frescas en las ferias dominicales de las capitales distritales, en los mercados como el Vinocanchon o Qasqaparo. Vivanda, y aun el popular Wong quedan efectivamente en ese otro Perú que desde aqui solo aparece en la TV, donde la hay, donde llega el fluído electrico.
Este es el Perú del casi 50% que votó por Humala, no por que fuese "etno-nacionalista" o sea mas parecido a quienes tienen apellido de origen quechua, aymara o selvatico (han dicho que su apellido es la castellanización de la palabra quechua Uma = cabeza), y no a los políticos tradicionales, de castizos apellidos y rancias raigambres hispanas, comos los Garcías, Belaúndes o Riva Agueros.
Se trata del Perú del "interior del país", cosa que ya dice mucho y enuncia ese otro Perú "exterior", que se esfuerza por estar en las afueras como quien permanece a flote sin hundirse en lo vernacular anacrónico. En este Perú se ahorra criando ovejas, engordando un ganado vacuno, implementando sistemas de riego mejorado para no padecer de escasez de pastos los meses de secas, ¡sí, este Perú no tiene cuatro estaciones!, sino dos, la temporada de lluvias y la de secas. Mancora y el verano, Ricardo Bedoya y el Placer de los Ojos son referentes lejanos, exhóticos. José María Arguedas casi junto a Garcilaso, el Inca, es como el mítico fundador de este Perú puesto en el papel, qelqay riman. Y no hay noches de aburrimiento para ver los últimos DVDs -originales- sobre las corporaciones o el calentamiento global... hay las noches para descanzar de una cotidaneidad dura, y noches de jolgorio y fiesta para oir música y bailar, ritmos que no olvidan al huayno y el remoto yaravi pero que tampoco excluyen los teclados electrónicos y los ritmos del pop rock.
Yo nací en este Perú, pero no es mi burbuja, no soy un fundamentalista andino lo mismo que no soy un aculturado. Quienes nacimos en este lado de la orilla, vemos tambien ese otro Perú, el oficial, el hispano y anglo parlante, vemos incluso otras posibilidades mas de país.
Este nuestro Perú viene directamente de Túpac Amaru y Manco Inca, no Tupac Amaru I o II -inventos de una historiiografia criolla- sino de los Amarus y los Qhapaqkuna, salidos de la atemporal lista de los Apus y los Mallkis. El Perú de esas veces aún resiste, persevera en su ser, y dice kashkaniraqmi, como en ese poema de Arguedas, demonio feliz que hablaba el dulce runasimi y el castellano. Este no es un país que busque su nacimiento en Bolívar o Riva Aguero, ni el la "guerra del Pacifico" (nadie nota lo ridiculo de la frase) ni en Graus o Bolognesis, sino que recuerda haber nacido mucho antes, en el origen mismo de los tiempos y la civilizaciónm junto a la domesticación de las plantas y los animales, del agua y las montañas, los canales de riego y los andenes. Y seguramente la mayor expresión sociológica y literaria sea la Coronica del Buen Gobierno de Felipe Huamán Poma, historiador aborigen, príncipe, hijo de Guaman Mallki, segunda persona del Inka en el reino de los orgullosos Yarovillcas, quienes aún guardan la memoria de su gloria desde Yarusyacan en Pasco en medio de grandes empresas mineras que explotan y lucran de sus tierras.

Nosotros estamos seguros que es éste el Perú que limita con el futuro, Gustavo Perez Ocampo, poeta cusqueño, tiene un verso que dice: "nuestro destino es la memoria del cielo", y en quechua los runas decimos Ñawpaqman purisunchis, avancemos hacia el futuro, pero ñawpa es tambien lo pasado remoto y los primeros ancestros son llamados ñawpa machus. Este es el Perú que guarda la memoria de los Inkas Yupanquis, Garcilaso explica, "yupanqui" es en quechua "recordarás" pero recordaras todo lo bueno y lo que merece ser recordado; si a ello llaman utopia arcaica desde sus canones literarios los q´aras (la gente desprovista del bagaje cultural andino, "desnudos" o "pelados") nosotros le llamamos Horizonte de Sentido. Este Perú se sostiene en estas raíces, más profundas, mejor irrigadas, por esa sangre que nos late en el pecho y que fue la misma que se derramó para la Indepencia, por miles de indios, montoneros, campesinos que lucharon a distancia de tiro de piedra contra las tropas realistas, con huaracas, y con los puños, como aún se recuerda en el Tupay de Chiaraje en la altiva Canas, la nación K´ana en efecto aún vive y no solo habita las crónicas y los libros de historia, esos libros que solo hablan de Bolivares y San Martines.

Este Perú recuerda que Andrés Avelino Cáceres, el brujo de los andes, mandó fusilar a traición a todos los líderes indígenas que ganaron por él la campaña de la Breña, es un Perú consiente del bodrio de eso llamado "etnocacerismo". Es el mismo Perú que supo subsistir bajo el yugo de Carlos V y hoy resiste el globocolonialismo, los TLCs y el neoliberalismo, ese fundamentalismo del que no son concientes sus portavoces al igual que no fueron consientes de su barbarie los extirpadores de idolatria antes, y quienes hoy en Medior Oriente disparan contra niños en nombre de la libertad y la democracia. Sabemos que los gobernantes de turno, como los virreyes de antes, son sólo lacayos de intereses mas lejanos. Sabemos como funciona la coloniailidad del saber y del poder, y cómo la violencia simbólica atemoriza desde sus libros de historia, desde los diarios y los noticieros.

Pero este nuestro Perú no "rabia y sufre", esa frase apocopa otra, propia del viejo enfoque clasista que hablo de "resentimiento social". Este nuestro Perú, no nos cansaremos de repetir, es uno que resiste ya 500 años, y recordamos muy bien cómo empezó todo. El mundo esta de cabeza, y el fin de una larga noche se siente cerca, y no rabiamos, procuramos el ideal de una buena vida, el Allin Kawsay, el Mishky Kawsay, un vivir dulce, conceptos equiparables a "bienestar", y "calidad de vida" pero sin esa tara que los fundamenta sobre la base de mayor consumo y bienestar sólo material. Estos ideales seguramente son postmodernos y postcoloniales, y lo arcaico y anacrónico sea el Banco Mundial y sus recetas de modernidad y progreso. Este Perú del interior del país es por ello el Perú de vanguardia, un Perú de armonia, de paz, no de rabia. Es el otro Perú el que se queda atrás y nos retrasa, siendo un lastre, y los mistis y los q´aras, esos analfabetos de las textualidades andinas quechuas o amazónicas no se dan cuenta y viven sí en una burbuja, en su miedo: a que la tortilla se les vuelva, como en esa canción, no son capaces de entender que esa no es la idea, un orden de cosas donde necesariamente haya gente que tenga que cargar con el peso del bienestar de otros, eso no estaría bien, no sería Allin Kawsay.

Este Perú, sepánlo, ha dejado de presentar pliegos petitorios, no pide semillas, ni banco. Piensa más bien en la seguridad alimentaria, en la soberanía alimentaria, en autogobierno y gestión local de los recursos, y sí, pide mas bien no ser tildado de subversivo = terrorista, por el legítimo derecho de querer subvertir un orden injusto, y cambiar así a mejor esta republica ficticia, este estado cuasi nación, como los propios embajadores ante las Naciones Unidas reconocen que es ese Perú de los cursos de sociales en las escuelas públicas: un país jalado de los cabellos, que insisten en llamar Perú con p de patria pero con una carga semántica que excluye nuestros planteamientos, nuestras visiones a presente y a futuro.

Ante esa farsa de "estado" - "plurinacional", empezamos a querer una confederación de estados naciones, de verdad y autónomos, como antes, y quizas como desde siempre fuimos, sin que esto signifique desmembramiento o fragmentación, de un país ademas ya fragmentado y en pedazos, ese montruo que se duele, y como dicen los periodistas capitalinos sufre. Porque al Peru "titular de estas tierras, de tierra y agua" prístino y aguerrido, de allpa y yacumama, el Estado -moderno estado- llegó con el encomendero, sí, y con las armas de fuego, esas que desde que empezaron a matar indios sin alma primero, y luego indios insumisos a la corona, indios que quisieron tomar sus propias tierras, y que siguieron matando campesinos sospechosos a mansalva y al azar durante el tiempo de la guerra interna de los 80 y 90 del siglo pasado. Esas armas no han dejado de disparar contra nuestro hasta ahora, guardemos la memoria de los campesinos muertos en el último paro agrario. Es pues un Estado cínico, desde sus cimientos. Entre nuestro Perú, y ese Perú bañado en sangre, entre nuestro Perú de kallpa y taquiraris y ese otro con su Lima cuadrada, Asia y su bulevard y su Palacio de Gobierno hay un abismo de mil masacres y cero culpables. Nosotros recordamos a Miguel Quispe, "el Inca de Paucartambo", fundador desde su ayllu del Partido Comunista a principios del siglo XX, assesinado por la gendarmeria; a Emiliano Huamantica, que corrió la misma suerte, a Pedro Huillca Teqse muerto por el comando Rodrigo Franco, son muchos los grupos colinas que han habido y que aún hay.

Peru llaqtanchis está rugiendo, pero no de rabia, no es el rugido de la bestia feroz herida, es el rugido más bien de los seres mitológicos que nos patrocinan los sueños y sostienen las esperanzas, es el jooorrr de los danzantes saqras, el rugido de los sikus, y el viento helado de las altas cumbres, que ha de bajar y atemperar los corazones de los Garcías, Belaúndes, y los Florez Araos, cuculizos todos que hierven y bullen en su miedo, en su antiguo miedo a que el mundo vuelva al orden, y ellos dejen de caminar sobre los muertos de una violencia que lleva ya 500 años, sobre un pueblo que subsidia el agro nacional con el sudor de la frente y los cantos rituales al maiz y los tubérculos, que resiste con sara takis e himnos al agua, con los pukllay carnavales y con las banderas rojiblancas, las mismas de los murales wari y los mantos incaicos.

Quizu Yupanqui
Cusco, Saqaswaylla, marzo 2008


Gonzalo Valderrama E.

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