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AUTOSCOPIA

PETROAUDIOS - ORIGENES

Era el año 2007, cuando la gerencia de Cementos Lima, la más importante empresa cementera del país (40% del mercado), recibió una indignada carta de Cemex, la tercera empresa del cemento en el mundo, de capitales mexicanos. Lo que el documento decía era que los peruanos no debían entrar en Arizona (Estados Unidos), que era un área que ellos abastecían, y que si lo hacían, entrarían con fuerza al mercado del Perú. Era una amenaza seria. Pero no detuvo al grupo propietario de Cementos Lima que ingresó de todas formas en Arizona.

La guerra comercial estaba planteada. Y el caso fue trasladado al estudio de abogados que lleva la cuenta de Cementos Lima desde muchos años atrás: el estudio Aurelio García Sayán, al que se le encargó ver los mecanismos legales para contrarrestar la amenaza mexicana y tratar de detectar sus contactos políticos en el Perú.

Fue así que el estudio contrató a la firma Business Track (BTR), especializada en trabajos de inteligencia, para que averiguara sobre las relaciones Cemex-Lima-gobierno aprista. En un cierto plazo, lo chicos de Ponce Feijóo encontraron dos nombres claves: Hernán Garrido-Lecca, por ese entonces ministro de Vivienda, con muchos contactos en el país de los charros, y Rómulo León, ex ministro del APRA en los 80, padre de una congresista, lobista profesional y residente en México D.C.

Estos dos estaban trabajando para que Cemex entre al Perú y ya habían convencido al presidente, al primer ministro y a otros funcionarios, indicando que podían lograr bajar el precio del cemento y algunas ganancias colaterales. Luego de varios rumores sobre la eliminación de aranceles para el cemento, se utilizó la circunstancia del terremoto de Pisco-Ica, para pasar a cero arancel el cemento, que se interpretó como una victoria de Cemex y sus aliados en el gobierno.

Pero de pronto los abogados del estudio García Sayán se encontraron que entre las transcripciones de audios que llegaban a su mesa, no se hablaba sólo de cemento, sino que aparecían hospitales, cárceles, armamentos, petróleo, barcos de transportes, etc. Y el primero en saltar, sobre estas novedades fue el abogado Alberto Varillas, que por entonces era también el gerente de la petrolera estadounidense Petrotech (hoy Savia). Miren esto, también se están metiendo con nosotros. Así que jalando la pita de un lado se empezó a encontrar que las andanzas de Hernán, Rómulo y otros estaban tocando a otros intereses. Y ahí es cuando se decide entrar en contacto con el estudio Ugaz, que lleva varias cuentas en común con el estudio García Sayán, entre ellas las de Petrotech, y que en esa época tenía directa llegada a la unidad de investigación del diario “El Comercio”.

En este punto empieza la segunda parte de la novela de corrupción pública más importante de LA PRIMERA década de los 2000. El cambio en la dirección de “El Comercio” hizo volar por el aire la investigación sobre “los charros”, como se llamaba en ese entonces, y puso a todos los interesados en una situación peligrosa, porque se entendía que el gobierno ya sabía, lo que ellos sabían y que las posibilidades de lanzar una denuncia ordenada que aislara los problemas que eran de interés para los que habían pagado las investigaciones se empezaban a caer. Y es entonces que el caso sale como sea, a través de un programa de televisión, como un escándalo, que no se entendía si lo era por la forma como conversaban los chuponeados, o por los contenidos que estaban detrás de sus palabras. La Caja de Pandora había sido abierta, casi la mitad de los ministros comprendieron inmediatamente que les había llegado la hora. Y el presidente dijo lleno de cólera, estos son los amigos de Giampietri. Pero esos trabajan con o contra el gobierno, le preguntó en ese momento su primer ministro acomodándose los anteojos. Trabajan para todos y si no los detenemos, nadie puede saber todo lo que saldrá al aire más adelante.

Estaba por comenzar la “investigación especial” de Hidalgo, con el aval de Echaíz, y el presidente no se tomó ni siquiera la molestia de decirle a Del Castillo que ya había pensado en un nuevo primer ministro. Cuando se supo que ya había un acuerdo con Yehude Simon que se estaba anunciando como nuevo jefe del gabinete, Del Castillo llegó a Palacio y García le puso la mano en el hombro. Ahora sálvate como puedas, y a mí me dejas fuera. http://www.diariolaprimeraperu.com/online/politica/guerra-cementera-inicio-sonado-caso-petroaudios_60345.html

Raúl Wiener
Redacción

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