Carta al vacío
Espero que al recibir la presente te encuentres acompañada de la calida estación que florece a cada uno de tus pasos y en compañía, claro, del ave que se posa a beber la sonrisa de tus labios.
Escribo desde el Este de mi cuerpo con las mismas ansias que tienen las aves en septiembre, para decir que tu silencio llama, todas las noches, a mi puerta y que la última vez que miré la mar, ella, me dijo que extrañaba tu sonrisa desvistiendo la ciudad , escribo con estas manos que junto a las tuyas simularon, alguna vez, una tierna bandada de pájaros, para contarte que ni la extraña curvatura que dejan los días, tampoco el infernal viento de agosto que hace por acá, han logrado desprender tu nombre de mis labios, está de más, decirte que tú eres quien respira en mis sueños y que cuando despierto lloro, mucho demasiado hasta reinventar el mar, te escribo con los días que dejamos huérfanos y tiritando sobre la banca de las plazas, para decir que nunca te deje de amar y que ciertas noches pronuncio lentamente tu nombre hasta desnudar la soledad y que en ese momento siento el desesperado aleteo de las aves que dejaste regadas en mi pecho, por ello te escribo, pero sobre todo para que sepas que tu recuerdo permanece tatuado en mi de la misma manera que la luna en el cielo.
Me despido de ti no sin antes recordarte que dijiste alguna vez que me amarías aún sabiendo que yo siempre sería de papel
Escribo desde el Este de mi cuerpo con las mismas ansias que tienen las aves en septiembre, para decir que tu silencio llama, todas las noches, a mi puerta y que la última vez que miré la mar, ella, me dijo que extrañaba tu sonrisa desvistiendo la ciudad , escribo con estas manos que junto a las tuyas simularon, alguna vez, una tierna bandada de pájaros, para contarte que ni la extraña curvatura que dejan los días, tampoco el infernal viento de agosto que hace por acá, han logrado desprender tu nombre de mis labios, está de más, decirte que tú eres quien respira en mis sueños y que cuando despierto lloro, mucho demasiado hasta reinventar el mar, te escribo con los días que dejamos huérfanos y tiritando sobre la banca de las plazas, para decir que nunca te deje de amar y que ciertas noches pronuncio lentamente tu nombre hasta desnudar la soledad y que en ese momento siento el desesperado aleteo de las aves que dejaste regadas en mi pecho, por ello te escribo, pero sobre todo para que sepas que tu recuerdo permanece tatuado en mi de la misma manera que la luna en el cielo.
Me despido de ti no sin antes recordarte que dijiste alguna vez que me amarías aún sabiendo que yo siempre sería de papel
3 comentarios
ElSiervo -
Que tengas buen día. Paz
maría del pilar -
Vir -
Al venir ahora aquí, lo veo y me conmuevo al leerlo.
"Tu recuerdo permanece tatuado en mi de la misma manera que la luna en el cielo"
Tan bello.
Y me conmuevo.
C