CUEVA
Salgo de mi pocilga a desojar margaritas a esperar que alguna libélula se pose en mi ventana. Huesuda y carcomida por mi propia carne salgo de mi encierro, como si me hubieran llamado para lavar un poco de agua, me he vuelto sorda, todas las cosas no son vistas ya por mi, me he adherido a los golpes, y en golpe me he convertido, me he adherido a la sal, y en sal me he convertido, no hay nada fuera de esta cueva ., y en esta cueva solo cachivaches, sangre, furor, oscuridad, cuidadosamente tejida, cuidadosamente tejida una araña, el amor medido a cuenta gotas que se suspende en mi altar, el esqueleto de un hombre que me amaba, sus cabellos fosilizados y nada mas, un albergue de alientos podridos a los que intentaba sostenerme para mirar el sol, para no mirarme en el espejo, para no escuchar el profundo vacío de aquí dentro.
enero 2005
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